sábado, 2 de febrero de 2008

Pasaje Santa Cruz en Rosario

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El Pasaje Santa Cruz sólo tiene una cuadra de longitud. Sus adoquines descansan entre Alem y Ayacucho, a la altura del 1150 (a medio camino entre San Juan y Mendoza). La Plaza Santa Cruz, que delimita por el sur, es más una loma que una plaza. El Pasaje, tranquilo, mira a un nefasto paredón, que desemboca en la unión de Avenida Libertad y Avenida Belgrano.

El edificio redondo o Cilindro

Avenida Alberdi y Almafuerte

“El edificio redondo”, más bien cilíndrico, o también “rulero con ventanas”, está en la esquina de Avenida Alberdi y Almafuerte, en el barrio de Arroyito. Está así, a medio destruir, desde que tengo memoria.

Fotos de la Plaza Pringles en Rosario

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La Plaza Coronel Juan Pascual Pringles es un reducto tranquilo. Está justo donde Córdoba todavía no se anima a venderse del todo. Lo que solía ser la entrada a la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez”, y que ahora es un jardín desordenado, le cubre las espaldas. Nadie se acuerda del nombre completo de la plaza y casi nadie debe saber quién es este coronel, que tiene nombre de papa frita pero desde luego no fue ningún papa frita.

Transatlántica S.A - Esquinas: Mitre y Rioja

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Edificio de la casa de cambio y turismo Transatlántica S.A., esquina noreste de Mitre y Rioja.

Reflejo de viejas épocas

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El antiguo edificio de la Aduana de Rosario, reflejado en un edificio más moderno, aunque sin duda menos representativo.

Don Miguel de Cervantes Saavedra

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Miguel de Cervantes Saavedra murió en 1616, con una mano inútil y la otra glorificada por haber escrito el Quijote. Tres siglos después, un fan de los de entonces le dedicó esta estatua y la casa entera que la cobija, La Cervantina, que sigue hoy donde entonces, en la vereda impar de calle San Juan más cerca de Maipú que de Laprida. Aunque hay que levantar la vista para encontrarse con el Manco de Lepanto arrullado por sus palomas, es una vergüenza para este fotógrafo no haberlo visto hasta hoy.

Miguel de Cervantes Saavedra died in 1616, with a hand turned useless and the other glorified by the writing of the Quixote. Three centuries later, a fan of those times dedicated this statue to him, and the whole house that gives it shelter, La Cervantina, which remains today on the odd-numbered side of San Juan St. You have to raise your eyes to meet Cervantes and his doves, but it’s nevertheless a shame that this photographer first saw this today.

Esquinas: Laprida y Córdoba

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Dia y Noche en el Colectivo

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El viaje diario o dos veces diario en el colectivo marca los tiempos de multitudes de personas que suben, se acomodan o se apretujan, miran sin ver, escuchan música, leen, charlan, protestan, duermen, se bajan. Hacerle seña al colectivo y esperar a que nos lleve a alguna otra parte ya es automático, aunque no deje de ser una lucha constante contra la adversidad, y en esa automaticidad se pierden los colores.

The daily or twice daily ride on the bus marks the rhythm for crowds who get on, get comfortable or squished, look around without seeing, listen to music, read, chat, protest, sleep, get off. Hailing the bus and waiting for it to take us somewhere else is already automatic, even while still a struggle against adversity, and in that automatic feeling the colours are lost.


Esquinas: Mitre y Mendoza

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Primera entrega de una serie sobre esquinas de Rosario que, puedo desde ya prometer, será irregular y heterogénea.

Invierno interminable en el Parque España

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El sol y las nubes juegan con nosotros el juego de “policía bueno, policía malo”. La luz nunca es suficiente. El frío tan pronto se insinúa de a poco como salta desde un lugar oculto. Agosto, mes del viento, ya casi se quedó sin fuerzas, pero el invierno persiste.

Avenida Corrientes en Rosario

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Esta calle o avenida (¿a qué se avienen las avenidas?) corre de sur a norte y es de las más anchas del centro de Rosario… que no es mucho decir. Lleva el nombre de la más grande las provincias de la Mesopotamia Argentina, y corre paralela (pero en sentido contrario) a la calle que lleva el nombre de la segunda provincia mesopotámica, Entre Ríos. En Rosario no hay, que yo sepa, ninguna calle que honre a Misiones, la más pequeña.

Antiguo Hotel Roma se Vende

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En la punta del edificio del antiguo Hotel Roma, la loba todavía amamanta a sus cachorros humanos. La esquina de Corrientes y Santa Fe, sin embargo, es muy angosta para un imperio. Roma ya cayó, y se vende a los bárbaros por un puñado de talentos, pocos, seguramente muy pocos.

Desde la terraza

Desde la terraza

La tranquilidad del viejo barrio. Las chimeneas oxidadas de un horno de panadería que ya no suelta humo. Subir a la terraza y mirar esas casas pequeñas, sencillas, algunas feas, otras de colores poco felices, fundiéndose en un horizonte de arbolitos.

Colores demolidos

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La contracara del boom de la construcción. Dormitorios, salas de estar, baños, antesalas, expuestos a la vista pública, los techos, pisos y paredes como las enaguas desgarradas de una doncella en apuros. Sobrevive su inocencia, unos momentos o unos días.

Festival de barriletes en el Parque Scalabrini Ortiz

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Imágenes del 7º Festival Internacional de Barriletes “Pintemos el cielo de Rosario”, realizado los días 17, 18 y 19 de agosto de 2007 en el Parque Scalabrini Ortiz. Aunque no pude estar durante la mayor parte del evento, llegué cuando los pilotos estaban probando sus máquinas. El viento los acompañó…

Flores Desafiando el invierno de la Ciudad

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Los que llevan la cuenta de esas cosas dicen que éste ha sido (o más bien, viene siendo, ya que no terminó ni por asomo) el invierno más frío desde hace 40 o 50 años. El cerezo, que no tiene memoria sino que vive en un presente eterno, sabe que el toque de un sol apenas más cálido es la primavera, y se viste para la ocasión. (Aunque la primera helada le haga perder este traje, el que vive para el presente no sabe lo que es perder.)

そんな事がわかる人達によると、今年の冬は40、50年間の中で一番寒いのだ。桜は記憶がなく、いつも現在にある。春らしい太陽に触られると、もう春が来ると思うはずなので、咲き出してくる。

Those who keep records of such things say this has so far been the coldest winter in 40 or 50 years. The cherry tree, which has no memory but lives in an eternal present, knows that the touch of a slightly warmer sun is winter, and dresses for the occasion.

Pescadores en el Rio Parana

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Pescadores chiquitos frente a un río grandote.

Casi siempre que paso por este lugar, por el todavía inconcluso Parque Sunchales, donde un pasado de silos cerealeros mira a un futuro de grandes torres por sobre un pasto que no termina de verdear nunca, miro hacia la barranca, ignorando las severas advertencias de PELIGRO, y allí están, sobre el esqueleto de hormigón. Me miran, cuando me ven, y siguen con lo suyo. La costumbre lo puede todo, incluso en un día de poco sol y con un viento que puede llevarse hilo, caña y la pesca del día volando hacia las aguas picadas.

(Alguien notará que el cielo y el agua no se corresponden. El que nunca haya retocado una foto para hacerla “artística”, que tire la primera piedra.)

Túnel Arturo Umberto Illia

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Otro rastro, éste bastante brillante, de los días de gloria del tren.

El Túnel Arturo Illia fue construido como túnel ferroviario. Unía la estación Rosario Central, donde ahora está el Centro Municipal de Distrito Centro, con el puerto, donde ahora ya no está (porque se mudó al sur). Ignoro el nombre que le puso entonces el Ferrocarril Central Argentino, que lo empezó a construir en 1886 y lo utilizó por primera vez en 1890. En tiempos mucho más recientes, alguien homenajeó al presidente Arturo Illia poniéndole su nombre a una parte de la avenida costera de Rosario. Illia, en los ‘60, tuvo la infeliz idea de que un presidente debía ser un defensor de los intereses de sus compatriotas y no un representante de su partido, un gerente de negocios de las potencias extranjeras o un títere de los militares (ningún otro presidente ha cometido ese error desde entonces). La continuación de esta avenida es el túnel, que pasa por al lado y por debajo del complejo Parque de España, el cual tiene bastante poco de parque y mucho más de ladrillo, pero en fin.

El túnel duró como tal mientras el ferrocarril funcionó. Luego las estaciones empezaron a cerrarse, y entre fusiones, nacionalizaciones, racionalizaciones y privatizaciones (todas ellas por el bien de la Nación, por supuesto) no quedó casi nada en pie del sistema. En 1968 (cinco años después de que los militares ejercitaran nuevamente, sobre Illia, la única función que han cumplido con asiduidad desde hace casi 80 años) el túnel se cerró y se utilizó como depósito y taller. En 1970 fue alquilado para usar parte de su espacio como discoteca. Después se lo abandonó. A fines de los ‘80 pasó a ser propiedad de la Municipalidad y se abrió nuevamente, esta vez con asfalto en vez de rieles.

Another trace (this one’s quite bright) of the glorious days of the Argentine railway.

The Arturo Illia Tunnel was built to serve as a railway tunnel. It linked Rosario Central Station, where today the Central Municipal District Center is, to the port, which is no longer there (it moved south). I don’t know what was the name given to it by the Ferrocarril Central Argentino, which started building it in 1886 and used it for the first time in 1890. In much more recent times, someone paid homage to president Arturo Illia by naming a segment of the coastal avenue of Rosario after him. Illia, in the 1960s, had the idea that a president should be a protector of his compatriots’ interests, and not a representative of his own party, a business manager for foreign powers, or a puppet to the military (no other president has made the same mistake since). The continuation of that avenue is the tunnel, that passes by and beneath the Parque de España complex, which really has little in the way of parkland and a lot more in the way of bricks, but…

The tunnel went on being a tunnel while the railway worked. Then the stations began to be shut down, and amid mergers, nationalizations, rationalizations and privatizations (all of them conducted for the good of the Nation, of course), almost nothing was left of the system. In 1968 (five years after the military again exercised, this time upon Illia, the one function they’ve been fully committed to since the 1930s), the tunnel was closed and was employed as a storage area and workshop. In 1970 it was hired to use part of the space as a disco. Then it was abandoned. In the late 1980s it became property of the Municipality and it was re-opened, now covered with asphalt instead of rails.

El Patio Parada área de maniobras de ferrocarriles

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El Patio Parada es un área de maniobras del ferrocarril. Es una discontinuidad en la trama urbana, entre el centro y los barrios del centro-norte de la ciudad, Arroyito y Ludueña. Para mí, desde chico, fue un placer visual pasar sobre el Viaducto Avellaneda, y ver esa extensión gris, de tierra y guijarros, surcada por una maraña de hierro. No estaba en mis recorridos habituales, de la casa al centro con mis padres, o más tarde solo, de la casa a la escuela.

Durante años casi no hubo actividad aquí; vagones ferroviarios antiguos se oxidaban en su quietud. Después los trenes volvieron a despertar, los cereales volvieron a ir de la pampa al puerto, y nuevos coches aparecieron, con nombres pintados en blanco y en lenguas extranjeras. Hoy el Patio está casi siempre lleno. En los días de sol, bandadas de pájaros se aposentan en los coches, listos para volar en aparente desorden al menor signo de movimiento.

Ahora paso con cierta frecuencia por sobre el puente y me asomo, y todavía estiro la cabeza ensimismado, a los dos lados.

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Patio Parada

El Patio Parada es una gran área de maniobras ferroviarias que parte del Cruce Alberdi, allí donde termina el macrocentro y empieza la Avenida Alberdi. A nivel del suelo, sin embargo, es poco lo que se puede ver del Patio, excepto una casilla de control, vías que se pierden, y el Viaducto Avellaneda, un puente que fue construido específicamente para que el abundante flujo de tránsito entre dos zonas de la ciudad no se concentrara en el cuello de botella (aún problemático) del Cruce Alberdi, y no tuviera tampoco que dar un gran rodeo.

In flames

Las siguientes fotos fueron tomadas desde una precaria posición en el punto medio del Viaducto, que está a unos pocos cientos de metros al oeste del Cruce. El gran cubo blanco con antenas del edificio matriz de Telecom Argentina en Rosario se ve en la distancia. Está sobre la esquina de las calles Salta y San Nicolás, que es también una esquina límite del macrocentro.

Cuando uno mira el mapa de Rosario, se nota claramente la influencia del ferrocarril y de la expansión diferencial del núcleo urbano y de los antiguos pueblos cercanos, ahora fundidos a la ciudad. Parecen un collage o un rompecabezas, con bordes encastrados en ángulos extraños. El damero del área central se encuentra con otros; el diagrama regular de calles ortogonales entre sí se rompe y se choca con diagonales y curvas. El Patio es en gran parte causa y fuente de este desorden.

viernes, 1 de febrero de 2008

Graffitis contra Bush en Rosario

Nunca lo quisimos…


Le dijimos que se fuera, en tono formal e institucional…

… y también en tono personal y espontáneo…

… incluso en lugares poco convencionales.

Cuando vimos que no iba a irse, algunos nos unimos en su contra.

Finalmente decidimos que debía ser una cuestión de idioma e hicimos lo posible para que nos entendiera.


No hubo caso.

Este artículo muestra expresiones callejeras escritas en contra del presidente de Estados Unidos George W. Bush, recopiladas en las calles de Rosario en marzo de 2006. La mayoría corresponde a reacciones contra la visita de Bush a Argentina durante la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar del Plata.

This article shows written expressions against U.S. President George W. Bush, compiled on the streets of Rosario in March 2006. Most of these correspond to reactions against Bush’s visit to Argentina for the 2005 Summit of the Americas, which was held in Mar del Plata.

Plaza 25 de Mayo en Rosario

Plaza 25 de Mayo. Como Rivadavia en la columna, el nombre tiene poco que ver con nuestra historia local. El 25 de mayo de 1810 un grupo de gente en Buenos Aires tomó el poder, cansados de ser gobernados por delegados de un rey distante (y, en esos momentos, preso en una cárcel napoleónica), pero la noticia no nos llegó instantáneamente. La aldea conocida como Rosario era pequeña y poco significativa, pero tenía ya su plaza principal a pocos metros del río Paraná, sin monumentos, sin su municipalidad con puerta flanqueada por leones a la italiana, con una virgen en una capilla pero no una catedral. Rosario siguió siendo poco más que una posta en el camino entre las dos venerables ciudades coloniales (Buenos Aires al sur, Santa Fe al norte) durante décadas. Hoy en día nadie que llegue a la Plaza 25 de Mayo se sentiría de pronto golpeado por la revelación de estar en la plaza principal de la ciudad. Hay puntos más sensibles, más ruidosos. A lo mejor la simple acumulación de masas arquitectónicas en torno a este trapezoide urbano le impone un cierto silencio.

Plaza 25 de Mayo. Like Rivadavia in the monument, the name has little to do with our local history. On May 25, a group of people in Buenos Aires seized power, tired of being ruled by proxy by a distant king (who was also, at the time, in a Napoleonic jail), but the news didn’t reach us that quickly. The village of Rosario was small and insignificant, but it already had its main square close to the Paraná river, without monuments, without a town hall with doors flanked by Italian-style lions, with a chapel and a virgin but without a cathedral. Rosario continued to be little more than a stop in the way between two venerable colonial cities (Buenos Aires in the south, Santa Fe in the north) for decades. Today, no-one really walks into Plaza 25 de Mayo and is struck by the revelation of it being the city’s main square. There are more sensitive and more noisy spots. Maybe it’s the sheer mass of the architecture around it that imposes a measure of silence on this urban trapezoid.

Estatuas del Palacio Minetti Urbi

Las estatuas con onda futurista/optimista del Palacio Minetti saludan, urbi et orbi… o eso quisieran. Cuando el Palacio fue construido habrá sido altísimo, inmenso, un monumento al Art Déco, y la verde pirámide que lo corona y que sirve a su vez de apoyo para estas figuras habrá sido visible desde kilómetros. Yo no las conocí hasta hace muy poco. La mayoría (lo sé sin una encuesta) no sabe que están ahí, nunca alza la vista por costumbre y mucho menos se va a molestar en doblar el cuello en un ángulo peligroso y poner el zoom de los ojos. Están perdidas. Saludan mirando al sur, a una ciudad que las puso allí para ser majestuosas y, de tan alto su pedestal, las terminó transformando en puntas, en remates indefinidos, en descubrimientos triviales para el explorador urbano.

The once optimistically futuristic statues of the Palacio Minetti, on Córdoba St., salute the whole city and the world, urbi et orbi… or so they hoped to do. When the Palacio was built, it must have been an immense monument to Art Déco, and the green pyramid that crowns it and serves as the stand for these figures must have been visible from miles away. Yet I didn’t know them until recently, and most still don’t; most won’t lift up their eyes and bend their necks trying to zoom in on them. They (the statues) are lost. They look south and waive to a city that put them there on a pedestal — a pedestal so high it turned them into mere crownings, spikes, trivial discoveries for the urban explorer.

Fotos de Estatuas de Rosario Recuerdan nuestros Héroes

¿Quiénes son los héroes en esta columna? Juguemos, si es posible, a identificar al elemento que no corresponde al conjunto.

En la década de 1820, Bernardino Rivadavia hizo un arreglo con firmas financieras británicas e hizo emitir bonos de deuda por un millón de libras esterlinas, de los cuales la ciudad y provincia de Buenos Aires sólo recibieron la mitad, que fue empleada sobre todo para hacer que Buenos Aires se pareciera más a París. En 1825 la deuda fue transferida al estado nacional. La terminamos de pagar, todos nosotros, en 1904, casi sesenta años después de que este miserable muriera en su exilio voluntario en España, dejando en su testamento el deseo de que su cuerpo no fuera nunca traído de vuelta a Argentina.

La columna que está en el centro de Plaza 25 de Mayo, nuestra plaza principal, no la mayor pero sí la más histórica, el viejo corazón de Rosario, fue erigida para conmemorar a nuestros héroes. Están San Martín, Belgrano y Moreno, y está Rivadavia, colado allí entre los próceres, por alguna antigua obsecuencia.

Who are the heroes in this monument? Let us, if possible, play the game of identifying the element that does not belong in the set.

In the 1820s, Bernardino Rivadavia (the confident-looking guy facing the camera) made an agreement with British financial firms and got the legislature of Buenos Aires to issue one million pounds sterling worth of debt bonds. The city and province of Buenos Aires only got half of that money, which was employed mostly to make Argentina’s capital look more like Paris. In 1825 the debt was transferred to the national state. We, all of us, finished paying it in 1904, almost sixty years after the bastard died in voluntary exile in Spain, leaving behind a will asking that his body be never brought back to Argentina.

The column that stands in the center of Plaza 25 de Mayo, our main square, was erected to commemorate our heroes. The Liberator, José de San Martín, who freed half South America from Spain, is there, and there’s also Manuel Belgrano, lawyer turned general, who gave all for his country and died in poverty, and there’s Mariano Moreno, our first radical thinker, a journalist, who was murdered at sea because he had the idea that Argentina should be an independent country.

And there’s Rivadavia, somehow planted amid the heroes.

Edificios historicos de Rosario Mantienen su fachadas




Cuatro esquinas, cuatro sobrevivientes. La gente de antes sabía construir y sabía hacerlo para el tiempo. El presupuesto les puede haber sido suficiente o abundante, pero nunca le negaron personalidad y estilo a las construcciones que iban a albergarlos a ellos y a sus familias, empleados y huéspedes (según el caso) y que estaban destinadas a hacerlo por décadas o por un siglo o por dos. Nunca fueron estrictamente utilitarios, o por lo menos, su concepto de lo útil era más amplio que el nuestro. Nunca construyeron “máquinas para habitar“, y seguramente no pensaron en un futuro en que, precaria o severamente, protegeríamos sus fachadas para que siguieran siendo iguales, inmutables, piezas de museo.

La única forma de recuperar la visión original, hoy, es venir a la ciudad como quien viene de un pueblo pequeño, como niños, y mirar bien hacia arriba, con el deleite de descubrir lo que ha estado ahí siempre. No es fácil ese estado de ánimo, hoy, mucho menos en medio del tráfico, de los vendedores callejeros, de los martillos neumáticos. Pero en aquellos tiempos ya habría ruido y distracción, como desde que el mundo es mundo.

… En el desierto vi la joven Esfinge, que acaban de labrar. Nada hay antiguo bajo el sol.
— Jorge Luis Borges, La dicha

Llama eterna en el Monumento la Bandera

Una llama que arde por siempre en memoria del “soldado desconocido”, en el Monumento a la Bandera Nacional. Nunca lo entendí a eso del soldado desconocido. En los viejos tiempos de este pobre país era común ser reclutado a la fuerza y morir lejos de casa luchando por algún caudillo, o por nada, sin llegar a ser conocido por nadie ni en la batalla ni en la muerte. Pero ¿por qué entonces una llama conmemorativa? ¿Acaso es por lástima? Yo creo que debe ser por vergüenza. Tantos jóvenes han sido enviados a morir solos y sin nombre por generales condecorados, por presidentes de bronce, por hacedores de monumentos, que había que expiar ese pecado y salvaguardar la conciencia de los poderosos mostrando esta clase de admiración por los muertos, a los que, naturalmente, de nada les sirve ser admirados o recordados.

Fotos del Puente Rosario Victoria

Esta foto fue tomada desde un barco en el río Paraná, cuando el frío ya mordía. Los puentes me fascinan, sean majestuosas obras de ingeniería sobre un río ancho o íntimos arcos de madera o ladrillo sobre un arroyo o un estanque. El Puente Rosario-Victoria es realmente una gran obra, y todavía un niño entre sus mayores (¡tiene apenas 4 años!), pero ya es un ícono más de la ciudad, y no deja de asombrarme cada vez que lo veo, aunque de cerca (como le dije al pasajero que tenía a mi lado en el barco) no sea más que una serie de moles de hormigón gris.

El sol, el barco, el bote, el puente y yo jugamos a la astronomía. Mientras el barco se desplazaba en una órbita de escape hacia la costa, el sol iba pasando por los huecos del puente, como si de casas astrológicas se tratase, y el puente jugaba a las ocultaciones, mientras el botecito, minúsculo en la penumbra y por contraste, se silueteaba en tránsito.

ロサリオ~ビクトリア端、パラナ川の船から、夕焼け。

This picture was taken from a boat on the Paraná River, when the cold was already biting. Bridges fascinate me, be they imposing engineering works over a wide river or intimate wooden or brick arches above a stream or a pond. The Rosario–Victoria Bridge is really a large work, and still an infant among its peers (it’s barely 4!), but has already turned into an icon of the city, and I still can’t help being amazed by it, even though from up close (as I told the passenger next to me on the boat) it’s no more than a series of gray masses of concrete.

The sun, my boat, the sailboat, the bridge and I played the astronomy game. As the boat moved along a escape orbit towards the coast, the sun passed along at the gaps on the bridge, in the manner of astrological houses, and the bridge played occultations, while the sailboat, tiny in its near darkness, slid by in transit.

Barcos y Yates Por el Paraná

Son muchos, y algunos quizá vuelvan muy de vez en cuando, pero, por suerte, también suelen ser bastante lentos. Se parecen, pero no son todos iguales. Cada uno tiene un nombre, una bandera, una historia. Si ves alguno, avisá.